Cuando en una habitación integramos varias zonas con diferentes funciones, hablamos de zonas polivalentes. Este tipo de recursos son muy empelados en pisos de estética urbana e ideales para pisos pequeños.
Hablamos de espacio polivalente cuando tenemos una habitación donde integramos distintas zonas en un mismo espacio, siendo éste diáfano y coherente. Es otra forma de poder aprovechar al máximo todo el espacio disponible mediante soluciones estéticas y prácticas, que sobre todo van a ser más usadas en viviendas modernas y donde muchas veces el aprovechar el espacio se convierte en una auténtica obligación.
En las viviendas podemos encontrar diversos espacios de este tipo. Un espacio polivalente muy común es aquel en el que la cocina y la sala de estar se encuentran integrados, de forma que no sea necesario romper con la estética predominante.
Zona de trabajo y salón
Hay un caso un poco especial, y es el de querer integrar una zona de trabajo en el salón. Una de las razones puede deberse a que trabajemos desde casa de forma total o parcial, por lo que se convierte en algo imprescindible.
Quien dice zona de trabajo también habla de zona de estudio, ya que ambas son actividades que requieren de mucha dedicación, concentración y tener una serie de cosas a mano.
Más aún en estos casos donde trabajamos desde casa, nos gustará tener un espacio de trabajo único y adaptado a nuestras necesidades es decir, un pequeño espacio hecho a nuestra medida.
En el salón es donde, por lo general, solemos contar con un poco más de espacio y suele tener mejor luz natural que otras habitaciones de la casa, por ello que en este caso lo consideremos como un buen lugar para crear nuestra zona de trabajo.
Además, el trabajo o estudio desde casa puede llegar a ser solitario, por lo que tal vez prefiramos estar en un espacio más transitado que encerrarnos solos en una habitación.
La importancia del orden
Mantener el orden es esencial en una zona de trabajo para tener todas las cosas bajo control, para aprovechar el espacio o simplemente por la apariencia estética que le va a dar al resto del salón al encontrarse integrado en él.
Hay una cuestión lógica que debemos tener en cuenta, y es que nuestra zona de trabajo no coincida con la zona de visión de la televisión para que las dos actividades no se vean interrumpidas.
Una decoración coherente
Debemos buscar la armonía entre nuestro rincón de trabajo y el resto de la decoración de nuestro salón, tanto en colores como en texturas y materiales.
La clave va a estar en saber integrar perfectamente los distintos ambientes, de forma que pasemos de uno a otro con total naturalidad. Será interesante lograr una decoración coherente y usar muebles polivalentes que puedan brindarnos de todo el servicio que necesitamos en nuestro día a día.
La iluminación en nuestra zona de trabajo
Lo ideal será instalar nuestra zona de trabajo aprovechando una fuente de luz natural siempre que nos sea posible, de modo que durante las horas de luz no necesitemos de ningún apoyo artificial de iluminación.
Es muy importante que la iluminación de nuestra zona de trabajo sea independiente de la de las demás actividades del salón. Para ello podemos recurrir a lámparas de mesa, eligiendo una que nos aporte una buena iluminación y que pueda encajar con el estilo de nuestro pequeño rincón.
Debemos cerciorarnos de utilizar luces especiales de lectura para no cansarnos la vista, y que podamos iluminar nuestro espacio cuando no se está usando el resto del salón y éste permanece a oscuras.